Hoy toca hablar de un tema que preocupa y mucho en España: la fuga de cerebros. No es ningún secreto que desde la crisis económica de la década pasada, muchos jóvenes españoles han hecho las maletas buscando nuevas oportunidades lejos de casa. Aunque no tenemos cifras exactas, estudios apuntan a que esta tendencia comenzó tras los efectos de la crisis de 2007. Empezó a ser notable a principios de los 2010. ¿La razón? El desempleo que trajo consigo la Gran Recesión y la crisis de deuda en Europa.

¿Cómo afecta la fuga de Cerebros a España?

Perder a jóvenes cualificados no es moco de pavo. España ve cómo se le escapa el capital humano, ese que es vital para revivir y diversificar nuestra economía. Además, esta fuga podría frenar nuestra capacidad de innovar y crecer económicamente en el futuro. Y no olvidemos el sistema de seguridad social, que ya de por sí enfrenta desafíos con una población que va envejeciendo.

• 2017: Había 368.860 españoles que se fueron a vivir fuera. Muchos buscaban nuevas oportunidades después de la crisis que golpeó tan duro a España.
• 2018: La cifra bajó un poco a 309.526. Se comenzó a intentar poner medidas para parar la migración masiva. Además, la crisis ya había afectado también al resto de países de la unión europea.
• 2019: Se estableció en 296.248. La gente seguía buscando mejores trabajos o educación posibles para salir adelante.
• 2020: Cayó a 248.561 por la pandemia. Tanto viajar como recibir viajeros se complicó mucho para todos los países.
• 2021: Se disparó a 380.786, el número más alto. Muchos retomaron sus planes de mudanza y aprovecharon la reactivación económica.

Fuente: INE (Instituto Nacional de Estadístiac)

Además de eso, implica una inversión económica en educación y formación no recuperada ya que la gente se especializa y se va fuera. Por lo tanto, empeora la situación haciendo que menos trabajodores cubran los empleos que ofrece el país. Aprender inglés ha sido clave en estos tiempos para nuestros jóvenes migrantes, y quizás el chino lo sea en un próximo futuro.

¿Cómo afecta a Europa?

Mirando hacia Europa, la emigración de estos jóvenes podría verse como una solución a corto plazo para otros países que necesitan mano de obra cualificada. Pero no es oro todo lo que reluce. También pone de manifiesto la necesidad de políticas que promuevan una mejor integración y que busquen equilibrar las diferencias económicas dentro de la Unión Europea.

La fuga de cerebros es un síntoma de problemas más grandes, y su solución pasa por abordar desequilibrios tanto nacionales como europeos. ¿Podremos encontrar el camino para que nuestros jóvenes quieran y puedan quedarse y prosperar en casa? Solo el tiempo lo dirá. Deja tu comentario con tu opinión.